Aunque la industria del cigarro y el cigarrillo se ha impuesto en el mercado criollo y el exterior todavía, en la República Dominica la tradición del tabaco de andullo sobrevive en el comercio de los mercados de los pueblos y en algunos colmados.
En la región Norte y sobre todo en el Cibao fumar el tabaco de andullo en una pipa o cachimbo de barro es todo un ritual pero, en la actualidad es poco común.
En el municipio de San Juan de la Maguana, la periodista Olga Vásquez captó las imágenes de don Joaquín Concepción, quién de sus 68 años, lleva 42 años picando andullo en el mercado nuevo de San Juan.
Este tabaco de andullo es espirituoso porque las hojas luego de ser secadas y seleccionadas y curadas son colocadas en una cubierta de yagua, envueltas bien apretadas con soga y dejadas colgando por varios días donde son remojadas hasta que constituir una barra dura de tabaco.
Este tabaco se vende en trozos pequeños o en picaduras de tabaco. Los fumadores lo utilizan en pipas o cachimbos o en “pachuché”, que es un cigarrito hecho a mano con papel corriente o con hoja de naranja.
Aunque el fumar se ha convertido en un problema de salud, los fumadores de cachimbo o pipa, aseguran que este tabaco no hace daño.
Cuando Cristóbal Colón llego a la isla de Santo Domingo, ya los indígenas realizaban el culto Cohoba que consistía en quemar tabaco en un plato encima de la cabeza del Semí, el ídolo de los indios caribeños de Quisqueya.