Hace tal vez, 30 años, el limón agrio era una fruta que crecía en cualquier callejón, en cualquier patio y por esa facilidad con que se desarrollaba, no era visto con un cultivo rentable.
Sin embargo, hoy día cultivar limones se ha convertido en un buen negocio y sobre todo en épocas en que escasea el limón criollo, que se da en la República Dominicana.
Cuando escasea este cítrico el saco puede costar hasta cinco mil pesos, y las latas (que no es más que el recipiente de hojalata donde se vende la pasta de tomate de diez libras) pueden costar entre cien y doscientos pesos.
Pero, la variedad que más demanda tiene es el limón Persa, que aunque en principio era desechado porque es muy duro para extraer el zumo, ya es el más común en el mercado.
Esta preferencia se debe a que el limón criollo se cosecha principalmente en los meses de julio-septiembre y el Persa se cultiva todo el año.
De acuerdo, a los datos del Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal, CEDAF el 60 por ciento de la producción se exporta hacia Haití, el 20 por ciento a Puerto rico y el ocho por ciento hacia Estados Unidos y otras islas del Caribe.
Algunas diferencias se pueden observar entre el limón Persa y el Criollo. El limón es un híbrido que no tiene semillas por lo que su reproducción se realiza por injerto y acodo, en parcelas organizadas. Además, tiene la cáscara gruesa por lo que soporta el transporte para la exportación. El Sur de la República Dominicana, es la región del país mayor productora de limón. El limón criollo tiene muchas semillas, es pequeño, con cáscara fina y su concentración ácida es más alta.
El jugo del limón, agregando un poco de agua, azúcar y hielo es una bebida refrescante. También, sirve para aderezar los alimentos como las ensaladas, sobre todo si es de aguacate, para las carnes, sobre todo de pollo, pescado y otros alimentos.
El zumo de limón es también, sustituido por el vinagre. Pero, sobre todo si es blanco, es mejor utilizar como antiséptico para limpiar pisos, o suavizar la ropa.
Sin embargo, hoy día cultivar limones se ha convertido en un buen negocio y sobre todo en épocas en que escasea el limón criollo, que se da en la República Dominicana.
Cuando escasea este cítrico el saco puede costar hasta cinco mil pesos, y las latas (que no es más que el recipiente de hojalata donde se vende la pasta de tomate de diez libras) pueden costar entre cien y doscientos pesos.
Pero, la variedad que más demanda tiene es el limón Persa, que aunque en principio era desechado porque es muy duro para extraer el zumo, ya es el más común en el mercado.
Esta preferencia se debe a que el limón criollo se cosecha principalmente en los meses de julio-septiembre y el Persa se cultiva todo el año.
De acuerdo, a los datos del Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal, CEDAF el 60 por ciento de la producción se exporta hacia Haití, el 20 por ciento a Puerto rico y el ocho por ciento hacia Estados Unidos y otras islas del Caribe.
Algunas diferencias se pueden observar entre el limón Persa y el Criollo. El limón es un híbrido que no tiene semillas por lo que su reproducción se realiza por injerto y acodo, en parcelas organizadas. Además, tiene la cáscara gruesa por lo que soporta el transporte para la exportación. El Sur de la República Dominicana, es la región del país mayor productora de limón. El limón criollo tiene muchas semillas, es pequeño, con cáscara fina y su concentración ácida es más alta.
El jugo del limón, agregando un poco de agua, azúcar y hielo es una bebida refrescante. También, sirve para aderezar los alimentos como las ensaladas, sobre todo si es de aguacate, para las carnes, sobre todo de pollo, pescado y otros alimentos.
El zumo de limón es también, sustituido por el vinagre. Pero, sobre todo si es blanco, es mejor utilizar como antiséptico para limpiar pisos, o suavizar la ropa.