lunes, 21 de abril de 2008

El ventarrón de La Vega

Células de nubes tormentosas fuertes, ese es el científico del evento meteorológico ocurrido el pasado domingo. Algunos dicen que fue un tornado pero, no pasó de ventarrón arremolinado. Dios nos libre de ser azotado por un tornado.

Si vemos la definición que dice: fenómeno meteorológico que consiste de un torbellino violento de aire que gira sobre sí mismo y que se extiende desde las nubes hasta la superficie terrestre. Además, agrega que los vientos giratorios pueden alcanzar velocidades desde cien hasta más de 400 kilómetros por hora.

Hoy día la información llega rápida y este tipo de fenómeno que 40 años atrás pasaba desapercibido hoy se convierte en noticia de primera plana en minutos. Recordando algunos episodios de mi niñez, estos ventarrones eran comunes en la época de la cuaresma. La gente se asustaba por el momento, se daba golpes de pecho y buscaba refugio. En ocasiones los adultos utilizaban este fenómeno para atemorizar a los “muchachos malcriados”. La fábula contaba que cuando venían estos “tornados” o remolinos era porque el pájaro malo se lo quería llevar. Producto de esa ignorancia de los fenómenos atmosféricos y a la inocencia de los niños, cuando se observaba este tipo de remolino, la mayoría de ellos muy pequeños que apenas levantaba las hojas secas. Se decía: (cruzando el dedo índice de ambas manos) “toma la cruz perro patalú, donde yo vaya, No vayas tú”. A veces se convertía en un juego inocente.

La solidaridad
En La Vega, cuando ocurrían estos ventarrones, que volaba, las canas, yaguas y zinc de las casas y afectaba hasta parte de los techos de las factorías de arroz, inmediatamente pasaba, la gente recobraba la calma y los hombres se reunían machete en manos para cortar los árboles derribados y de inmediato se dedicaban a restaurar los techos. Era un evento que ponía a prueba la solidaridad de las comunidades.

La Vega
Este domingo los vientos afectaron los barrios
Villa Francisca, Palmarito, Villa Lora, Maria Auxiliadora, Sabaneta, Jeremia, Villa Rosa, afectando el tendido eléctrico, viviendas y cobrando la vida de una persona.
Otro elemento novedoso de estos ventarrones es la granizada, que en ocasiones hasta hacían orificios en los techos de zinc. Para los muchachos, llovía hielo.
Estos son fenómenos convectivos, suelen también denominarse turbonadas tropicales.
Dejémonos de ignorancia, los fenómenos atmosféricos ocurren. Claro, los daños pueden ser ahora mayores porque antes ocurrían en zonas no habitadas. También, el deterioro del medio ambiente influye en el aumento de la frecuencia y la intensidad.